Características
La Iglesia católica se ve a sí misma y se proclama como la encargada por Jesucristo para ayudar a recorrer el camino espiritual hacia Dios viviendo el amor recíproco y por medio de la administración de los sacramentos, a través de los cuales Dios otorga la gracia al creyente.
La Iglesia católica se concibe a sí misma como la única Iglesia fundada por Cristo, y por tanto, la única auténtica frente a las demás iglesias y denominaciones cristianas que han surgido históricamente después de ella.
La Iglesia católica considera que tiene encomendada la misión de elaborar, impartir y propagar la enseñanza cristiana, así como la de cuidar de la unidad de los fieles. Debe también disponer la gracia de los sacramentos a sus fieles por medio del ministerio de sus sacerdotes. Además, la Iglesia católica se manifiesta como una estructura jerárquica y colegial, cuya cabeza es Cristo, que se sirve del colegio de los apóstoles, y que en la historia posterior ejerce la autoridad mediante sus sucesores: el papa y los obispos.
La autoridad para enseñar el Magisterio de la Iglesia basa sus enseñanzas en la Revelación, que está expresada tanto en las Sagradas Escrituras como en la Sagrada Tradición.
Atributos de la Iglesia católica
De acuerdo al Catecismo de la Iglesia católica, ésta es «una, santa, católica y apostólica». Estos cuatro atributos, inseparablemente unidos entre sí, ya aparecen como tales en el Símbolo
niceno-constantinopolitano del año. Indican rasgos esenciales de la Iglesia y de su misión, y suelen denominarse «notas de la Iglesia».
Los católicos profesan su fe en los cuatro atributos (o notas) de la Iglesia a través del Credo de los Apóstoles y del Credo Niceno-Constantinopolitano. Las notas de la Iglesia son dogma de fe, estas son según la enseñanza oficial:
Unidad: La Iglesia es "una" debido a su origen, Dios mismo. Dios es uno según la doctrina católica. Es una debido a su Fundador, Cristo. El apóstol San Pablo, en su Primera Carta a los Corintios, hace referencia a la Iglesia como "Cuerpo de Cristo": Las partes del cuerpo son muchas, pero el cuerpo es uno; por muchas que sean las partes, todas forman un solo cuerpo. En otra carta, también Pablo enseña sobre este atributo: Mantengan entre ustedes lazos de paz y permanezcan unidos en el mismo espíritu. Un solo cuerpo y un mismo espíritu, pues ustedes han sido llamados a una misma vocación y una misma esperanza. Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, que está por encima de todos, que actúa por todos y está en todos. Cristo mismo enseña y ruega por esta unidad de su Iglesia: Que todos sean uno, como tú, Padre, estás en mí y yo en ti. Que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado.
Santidad: la Iglesia católica, a pesar de los pecados y falt as de cada uno de sus miembros que aún peregrinan en la Tierra, es en sí misma "santa" pues "Santo" es su fundador y "santos" son sus fines y objetivos. Asimismo, es santa mediante sus fieles, ya que ellos realizan una acción santificadora, especialmente aquellos que han alcanzado un alto grado de virtud y han sido canonizados por la misma Iglesia. La Iglesia católica contiene la plenitud de los medios de santificación y salvación. Es Santa porque sus miembros están llamados a ser santos.
Catolicidad: con el significado de "universal" la Iglesia es "católica" en cuanto busca anunciar la Buena Nueva y recibir en su seno a todos los seres humanos, de todo tiempo y en todo lugar, que acepten su doctrina y reciban el Bautismo; dondequiera que se encuentre uno de sus miembros, allí está presente la Iglesia católica. También es "católica" porque Cristo está presente e ella, lo que implica que recibe de Él la plenitud de los medios de salvación.
Apostolicidad: la Iglesia católica fue fundada por Cristo sobre e l fundamento de Pedro y los demás apóstoles. Todo el Colegio Apostólico goza de autoridad y poder siempre que esté en comunión con Pedro y sus sucesores; Pedro y los demás Apóstoles tienen en el papa y los obispos a sus sucesores, que ejercen la misma autoridad y el mismo poder que en su día ejercieron los primeros, que fueron elegidos e instituidos por Cristo. También es "apostólica" porque guarda y transmite las enseñanzas oídas a los apóstoles.
La Iglesia católica se considera a sí misma como he redera de la tradición y la doctrina de la iglesia primitiva fundada por Jesucristo y, por lo tanto, como la única representante legítima de Cristo en la Tierra. Mediante la figura de los obispos, sucesores sin interrupción de los apóstoles, cumple con el mandato de Jesús de cuidar de su ovejas.
Doctrina esencial
Otras partes de la doctrina católica, sobresaliente s y distintivas en relación al resto de los cristianos, son la creencia en el Dogma de la Inmaculada Concepción, y en la Asunción de María, madre de Jesús, así como la fe en la autoridad espiritual efectiva de la Iglesia católica para perdonar pecados y remitir las penas temporales debidas por ellos, mediante el Sacramento de la Penitencia y las indulgencias.
Otro dogma sobresaliente en la Iglesia católica es la creencia en la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía, en que mediante el cambio que es llamado transubstanciación el pan y el vino presentados en el Altar se transforman en el cuerpo y en la sangre de Cristo.
Según la doctrina Católica Romana, la Salvación del alma se obtiene por medio de la fe en Jesucristo y de las buenas obras, lo que constituye un punto diferencial clave con otros grupos cristianos como los Protestantes y Evangélicos, los cuales predican que solamente la fe en Jesucristo es necesaria para la salvación del alma, siendo las obras una consecuencia de ésta.
La doctrina fundamental para la Iglesia católica se encuentra en el Credo, que recoge las fórmulas de fe elaboradas en los primeros concilios de la historia. El Credo encuentra una explicación sistemática en el Catecismo de la Iglesia católica, aprobado en 1992 por Juan Pablo II.
Una característica sobresaliente y genuina para distinguir a los católicos de los demás grupos cristianos es su aceptación de todos los concilios ecuménicos de la historia (desde el Concilio de Nicea I hasta el Concilio Vaticano II).
La noción de Revelación es central en la doctrina católica, porque bajo tal término se incluyen dos fuentes inseparables entre sí: la Sagrada Escritura y la Tradición. Una síntesis sobre este tema se encuentra en la constitución dogmática Dei Verbum del Concilio Vaticano II. Para los católicos el culmen de la Revelación es Jesucristo. También es notable la posición que ocupa el obispo de Roma. Este recibe el título dePapa y se le considera no sólo obispo de su diócesis sino jefe de la Iglesia católica entera,es decir, Pastor y Doctor de todos los cristianos debido a que es considerado el sucesor de San Pedro. Su elección ha ido variando a lo largo de la historia; desde el siglo XI es elegido por el colegio cardenalicio en el cónclave. El Papa hasta el día 28 de febrero de 2013 fue Benedicto XVI, el 265.º de la historia. Anunció la renuncia al pontificado el día11 del mismo mes. Actualmente ostenta el título honorífico de Papa emérito. El 13 de marzo del 2013 fue elegido como sumo pontífice y obispo de Roma el hasta entonces arzobispo de la ciudad de Buenos Aires, cardenal primado, Jorge Mario Bergoglio quien eligió el nombre de Francisco en honor a San Francisco de Asís.
Que es para Nosotros los creyentes la fe
Es la disposición natural de las personas para creer y confiar encuentra una seguridad y una certeza muy grande en la virtud teologal de la fe, porque es confiar en Dios, quien nunca nos falla ni nos abandona, que ni se engaña ni nos puede engañar.
El Catecismo de la Iglesia Católica nos dice que la fe es la adhesión personal del hombre a Dios que nos ha creado a su Imagen y Semejanza y, además, ha querido revelarse, darse a conocer. Dios «habla a los hombres como amigo, movido por su gran amor y mora con ellos para invitarlos a la comunión consigo y recibirlos en su compañía. La respuesta adecuada a esta invitación es la fe». Por la fe nosotros aceptamos a Dios que se revela, aceptamos su invitación a vivir con Él.
El Catecismo nos ilumina, además, dando dos características muy importantes de la fe.En primer lugar afirma que la fe es una gracia, un «don de Dios, una virtud sobrenatural infundida por Él». Es un regalo que Dios nos da, manifestación inmensa de su amor. Dios no le niega nunca este regalo a quien lo busca sinceramente y lo pide con humildad.Por otro lado Dios respeta la libertad del hombre. La fe es también un acto humano, que depende de la libertad y la inteligencia del hombre que deposita su confianza en Dios y se adhiere a las verdades por Él reveladas. Recordemos siempre, entonces, que como todo don divino, la iniciativa es de Dios. Él nos ama primero, y nos ofrece la gracia de la fe que ilumina nuestro entendimiento y voluntad. Como toda invitación, espera una respuesta. Esa respuesta al don de la fe es la aceptación libre, el asentimiento a las verdades y promesas por Él reveladas. Esto nos lleva a una pregunta que probablemente nos hemos hecho alguna vez: ¿Y cuál es el motivo por el cual creemos? En el fondo, como enseña el Catecismo, creemos gracias a «la autoridad de Dios mismo que se revela y que no puede engañar ni engañarnos». En el lenguaje familiar decimos que "creemos" en una persona, o le tenemos "fe". Solemos expresarnos de esta manera cuando manifestamos que podemos confiar en esa persona. Por lo general es así porque se ha ganado nuestra confianza, no ha demostrado que es fiable. Algo similar, pero a la vez infinitamente superior, podemos decir de Dios. Por fe creemos en Dios y le creemos a Dios con una certeza que nadie más que Él merece. La fe teologal es «más cierta que todo conocimiento humano porque se funda en la Palabra misma de Dios, que no puede mentir». Además existen muchísimas razones para creer. Argumentos que nos ayudan a fortalecer y anunciar nuestra fe, como por ejemplo: Es impresionante como toda la Revelación de Dios a lo largo de la historia tiene un hilo y una coherencia maravillosos: Cada acontecimiento le van dando sentido a lo anterior; por otro lado las verdades de la fe se entrelazan unas con otras con una armonía muy misteriosa; los milagros han ido confirmando muchas de estas verdades de fe y son una ayuda ante nuestra poca fe; Tantos santos que ha tenida la Iglesia también son una garantía de que viviendo la fe se alcanza la felicidad, etc.