La Iglesia Católica
Bienvenidos: Esta página tiene como finalidad definir lo que es la Iglesia Católica, de donde proviene su nombre, quién fue su fundador, en que centra su fe y sus ceencias, cual es la opinión de sus fieles, como es su estructura y cual es la máxima autoridad.
La Iglesia católica (en latín: Ecclesia Catholica), es la Iglesia cristiana más numerosa. Se considera a sí misma un «sacramento», un «signo e instrumento de la unión íntima con Dios y de la unidad de todo el género humano», por cuanto ella misma se declara fundada por Cristo.Está compuesta por 23 iglesiassui iuris que se encuentran en completa comunión con el papa y que en conjunto reúnen a más de 1200 millones de fieles. Se trata de una comunidad cristiana que se remonta a Jesús y a los doce apóstoles, a través de una sucesión apostólica nunca interrumpida, también compartida con la Iglesia ortodoxa.
Católica es término originario del idioma griego καθολικός, 'katholikós', que significa 'universal'. Se hace esta distinción en relación a otras iglesias cristianas, como la Comunión anglicana y las Iglesias ortodoxas, las cu ales se refieren a sí mismas dentro de la única "Iglesia, una, santa, católica y apostólic a" del Credo, y que también serían católicas (tanto en sentido etimológico como en todo el cont enido del término, dado que se dirigen a prosélitos de todo el mundo). La diferencia de las iglesias ortodoxas respecto de la Iglesia católica romana consiste en situarse fuera de la autoridad del papa.
A la Iglesia católica pertenecen todos los bautizados según sus ritos propios y que no hayan realizado un acto formal de apostasía. Según los datos del Anuario Pontificio de 2013 referentes al año 2011, el número de bautizados miembros de la Iglesia es de 1 229 millones, el 17,5 % de la población mundial.
La Iglesia católica tiene como cabeza al obispo de Roma, el papa, que recibe el trato honorífico de "Su Santidad". Según el dogma católico, el primer papa fue Pedro. El papa actual es el argentino Jorge Mario Bergoglio, que escogió el nombre pontificio de Francisco.
La Iglesia católica tiene su cabeza en Roma, donde se encuentra la Sede Apostólica; relacionada con la Sede está el Estado de la Ciudad del Vaticano (Status Civitatis Vaticanæ , en latín y oficialmente; Stato della Città del Vaticano , en italiano), un enclave dentro de la ciudad de Roma, que funciona como un estado independiente y reconocido internacionalmente. Si bien el Estado Vaticano está estrechamente ligado a la Sede Apostólica, se trata de entidades distintas, ya que el Estado Vaticano es un poder temporal (gobernado directamente por el papa), mientras que la Sede Apostólica es entendida por los católicos como poder espiritual. En la Ciudad del Vaticano y en Roma se encuentra la Curia Romana, formada por las instituciones (llamadas dicasterios) que ayudan al papa en el gobierno de la Iglesia.
Etimología
La palabra «iglesia» ["ἐκκλησία" (ekklesia) 'asamblea', del griego "ἐk-kαλεῖν"(ek-kalein) - 'llamar fuera'] significa 'convocatoria'. Designa asambleas del pueblo (cf. Hch 19, 39), de carácter religioso.
Es el término frecuentemente utilizado en el texto griego del Antiguo Testamento para designar la asamblea del pueblo elegido en la presencia de Dios, sobre todo cuando se trata de la asamblea del Sinaí, en donde el pueblo de Israel recibió la ley y fue constituido por Dios como su pueblo santo (cf. Éxodo 19; 5, 1. 3).
Dándose a sí misma el nombre de "Iglesia", la primera comunidad de los que creían en Cristo se reconoce heredera de aquella asamblea. En ella, Dios "convoca" a su pueblo desde todos los confines de la tierra. El término griego kyriaké, del que derivan las palabras Church en inglés, y Kirche en alemán, significa "la que pertenece al Señor". Desde el punto de vista teológico, el término "iglesia" designa al pueblo creyente que Dios llama y reúne de todas partes para formar la "asamblea" de todos aquellos, que por la fe y el bautismo, han sido hechos "hijos de Dios", "miembros de Cristo" y "templo del Espíritu Santo".
Representación de Ignacio de Antioquía.
El término «católico» proviene del griego καθολικός (katholikós ), que significa 'universal'. Ignacio de Antioquía brinda en su Carta a los esmirniotas, escrita hacia el año 110, el testimonio más antiguo de este adjetivo como calificativo de la Iglesia: Donde está el obispo está la comunidad, así como donde está Cristo Jesús está la Iglesia católica.Ignacio de Antioquía, Ad Smyrn. 8, 214
En una epístola dirigida al novacianista Simpronio, Paciano de Barcelona (siglo IV) justificó la aplicación del nombre de «católicos» a sus correligionarios del pasado y del presente, y llegó a expresar: Christianus mihi nomen est, catholicus cognomen («Cristiano es mi nombre, católico es mi apellido» ) (Epistula 1, 4). En la misma carta, Paciano destacó la unidad de la Iglesia católica en contraste con la diversidad de grupos minoritarios de su tiempo, varios de las cuales tomaron los nombres de sus fundadores, cuyas doctrinas diferían de la línea de pensamiento eclesial (ebionitas, marcionitas, valentinianos, apolinaristas, montanistas
y novacianistas).
Los diez mandamientos de la ley de Dios
En el Antiguo Testamento vemos que Dios quiso establecer un pacto con el pueblo de Israel. Quería bendecir a este pueblo y glorificarse por medio de ellos. Como todo pueblo y toda nación en este mundo, Israel necesitaba estructura y orden. Una de las formas como Dios proveyó esto fue estableciendo lo que hoy conocemos como los Diez Mandamiento.
Dos meses después de haber salido de Egipto, Israel llegó al lugar en el desierto donde está el Monte Sinaí.
Durante tres días Dios ordenó a Moisés a preparar el pueblo porque quería descender sobre ellos y establecer su pacto. Cuando el pueblo estuvo listo para estar en su presencia, Dios se manifestó en forma de fuego. Dice el capítulo 19 de Éxodo que el monte entero estaba cubierto en humo y temblaba violentamente. El pueblo, asustado, estaba abajo del monte con Moisés y Aarón frente a ellos, esperando escuchar lo que Dios iba a decir. Ese día Dios estableció la lista de reglas que hoy conocemos como los Diez Mandamientos. Dios también los escribió en dos tablas y se los dio a Moisés.
Los diez mandamientos tratan con la relación entre Dios y el pueblo y las relaciones interpersonales. En ellos Dios establece las bases para la adoración, la conducta del individuo en todas las áreas de su vida, y la justicia.
La historia de los acontecimientos de ese día en el Monte Sinaí empieza en Éxodo 19. Los Diez Mandamientos se encuentran en Éxodo 20 y los capítulos 21 al 23 proveen más detalles, junto con otras leyes, sobre los requisitos de Dios para Israel.
Los Diez Mandamientos son:
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1 Amarás a Dios sobre todas las cosas
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2 No harás ídolos
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3 No pronunciarás el nombre de Dios en vano
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4 Santificarás el día del Señor
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5 Honrarás a tu padre y a tu madre
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6 No matarás
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7 No cometerás actos impuros
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8 No robarás
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9 No dirás falsos testimonios ni mentirás
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10 No codiciarás los bienes ajenos
El gran mandamiento
Vemos en el Nuevo Testamento que en una ocasión unos fariseos, expertos en la ley, quisieron poner en prueba a Jesús y avergonzarlo públicamente al confrontarlo con la siguiente pregunta: ¿cuál es el mandamiento más importante de la ley?
Jesús respondió: "Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser y con toda tu mente. Éste es el primero y el más importante de los mandamientos. El segundo se parece a éste: Ama a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos dependen toda la ley y los profetas."
Con esta respuesta sabia Jesús simplifica la ley de Dios al enfocarse en lo que esencialmente motiva al ser humano a actuar: La condición del corazón. La persona que verdaderamente ama a Dios nunca podrá confesar a otros dioses, ni adorar ídolos, ni tomar el nombre de Dios en vano, ni dejar de apartar tiempo durante de la semana para adorarle y darle las gracias por su bondad y amor hacia nosotros. Igualmente, la persona que ama a su prójimo como así mismo le mostrara respeto, honor y valor. Las personas que tienen su corazón lleno de odio y de pecado se sienten más cómodas rechazando a Dios completamente y no tienen la capacidad de respetar al prójimo. Así que el amor, de acuerdo a Jesús, es lo que nos permite cumplir con los requisitos de Dios. Vivir en amor es vivir en rectitud. No hay condena contra el amor.
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